Las principales diferencias entre los deportes electrónicos y los deportes tradicionales

Los deportes electrónicos, conocidos de forma popular como esports, se han convertido en los tiempos actuales en uno de los principales entretenimientos de buena parte de la sociedad, tanto a nivel de jugador como de espectador. Aunque nacieron en la década de los 70, no fue hasta hace un lustro que se colocaron en la cima en cuanto interés, y ya miran de tú a tú los deportes tradicionales con mayor repercusión como el fútbol o el baloncesto. De hecho, se calcula que, para el próximo año, se superarán todos los récords superando los 700 millones de usuarios.

En este artículo, haremos un repaso de las principales diferencias que separan ambos mundos, centrándonos en el tipo de oferta que proponen, los pronósticos deportivos y las retransmisiones de los principales eventos.

La exigencia física

Los esports están siendo considerados deportes por muchos estamentos por varios motivos. Se trata de una actividad física en la que compiten unos contra otros, está sujeta a una normativa y requiere de cierto entrenamiento o preparación. Aun así, la gran diferencia radica en la exigencia del físico, donde las prácticas más tradicionales, como podrían ser el atletismo o el tenis, están varios grados por encima. En cambio, los deportes electrónicos demandan más de habilidades mentales como la rapidez, la estrategia o la resistencia.

El fútbol y el baloncesto son las dos disciplinas más populares del mundo relacionadas con la práctica deportiva tradicional, en la que el contacto físico y estar en forma son primordiales para obtener el éxito. En cuanto al mundo de los videojuegos, el cansancio es un compañero habitual, sobre todo cuando la duración es de horas, pero no tiene tanto peso el bienestar del cuerpo. Entre los títulos más habituales de los torneos con mayor audiencia están League of Legends, Dota 2, Counter-Strike, ES Sports FC o Fortnite.

Multitud de apuestas

Pronosticar a un resultado ha sido una práctica que lleva siglos existiendo, desde las carreras de la Antigua Grecia hasta la actualidad. Por ejemplo, ahora todos los deportes tradicionales están siempre agrupados en los sitios de apuestas que se pueden encontrar comparados y revisados en el mejor comparador de apuestas deportivas en España. Pero no todos esos operadores contemplan la opción de los esports, los recién llegados. Los tipos de pronósticos disponibles para los deportes tradicionales y los electrónicos también cambian significativamente.

Las disciplinas de exigencia física disponen de una amplia variedad de resultados que determinar, siempre adaptándose a las particularidades de cada deporte; por lo general, destaca el marcador final, el papel de los jugadores destacados, el hándicap o los pronósticos en vivo. Respecto de los esports, se van incorporando poco a poco nuevos mercados que responden de forma específica a los juegos, como las rondas ganadas o el número de bajas. Estos últimos siguen en constante evolución y cada vez son más habituales en internet.

Retransmisión del contenido

La forma en la que ambos deportes llegan a sus audiencias cambia de un caso a otro. La gran mayoría de las disciplinas tradicionales entran a los hogares a través de canales de televisión específicos y plataformas de streaming, la gran mayoría de pago, para seguir los eventos en tiempo real. A su vez, los deportes electrónicos han hecho algunas apariciones en canales televisivos, pero por lo general están estrechamente vinculados a portales de retransmisión en directo y de entrada gratuita, como podrían ser Twitch y YouTube, entre otros.

También existen diferencias en la manera de presentar el espectáculo. Basándonos en casos prácticos como el fútbol, el baloncesto o el tenis, se apuesta por análisis de expertos y una elección de los planos muy cuidadosa, siempre teniendo presente dónde está el interés de la acción. En cuanto a los esports, tiene mucho peso la interacción de la audiencia con aquello que está ocurriendo y a menudo se usa un estilo de comunicar menos formal. Esto se debe, en parte, a que el perfil más interesado en las competiciones de videojuegos es joven.